Los proyectos que relacionan campo y ciudad tienen cada vez más posibilidades de éxito porque plantean incorporaciones agrarias en cooperación con pequeños obradores artesanos, proponiendo alimentos sanos, cercanos y nutritivos.
Con instalaciones pequeñas y bien dimensionadas, en cooperación rur-urbana, podemos mantener o dar vida a organismos-granja donde no se separe la agricultura de la ganadería, ahorrando costes y ofreciendo alimentos más auténticos y de talla humana.
Las dificultades a superar requieren personas y organizaciones libres y sanas que se hacen cargo de sí mismas con planes sólidos de vida y empresa, con compromisos de colaboración y mutua ayuda para dignificar las profesiones y el comercio.
La triformación social, la teoría U, la agroecología comunitaria, etc, plantean reflexiones y orientaciones para tomar bien las riendas de los emprendimientos, mantenerlos vivos, proporcionarlos financieramente para no cometer errores y aprovechar honestamente las ayudas institucionales que provienen de nuestros impuestos.
Los dos primeros días ponemos énfasis en la triformación, que aporta soluciones prácticas en las áreas jurídica, social y económica de asociaciones, empresas familiares, autónomos etc…
Sus principios creativos parten de la individualidad respetada de cada persona en organizaciones sanas. Y cómo ambas pueden lograr provocar innovación para recibir de su alrededor un ambiente social protector, un apoyo político facilitador y una legalidad reguladora inteligente.
En la segunda parte (marzo) trataremos más específicamente los aspectos económicos y visitaremos emprendimientos agroalimentarios en la Zona Media de Navarra, escuchando y aprendiendo de proyectos en marcha.
Estamos a tiempo de revertir la despoblación productiva rural, el paro juvenil, las dificultades en el acceso a los medios de producción agrarios y la tendencia a una alimentación sana solo para algunos.
Parece que “mutuayudarnos” se hace indispensable…